ETAPA de
media montaña y de larga distancia: de hecho se trata de
la tercera ruta más larga que hemos hecho y una de las pocas que superan los 100 kilómetros. Que no os engañe su perfil, es un terreno bastante quebrado, pero sobre todo es su longitud lo que la hace más dura. Sus últimos 30 kilómetros son los más llanos, pero se hacen bastante difíciles por el cansancio que llevas ya encima. Comenzamos con la
subida hasta Argomedo que fácilmente podríamos catalogar como puerto, comparándolo con Carrales por ejemplo. Una vez en el
cruce de Soncillo, iremos hacia
Cilleruelo de Bezana por una carretera con algún cambio de rasante y
bastante viento. A la altura de esta localidad tomaremos la N-623 hacia
Carrales, ascensión que comienza tras la bajada de la gasolinera. Son unos 4 kilómetros bastante constantes con unas
rampas máximas en torno al 7-8%. Haciéndolo con relativa calma este puerto no se hace duro. Además goza de bastante
sombra. Si vamos a primeras horas del día es probable que encontremos algo de niebla.
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Elaboración propia |
Decimos adiós al alto para descender bruscamente un par de kilómetros y subir un gran
repecho hasta
Paradores de Bricia. Nos espera un
prolongado descenso, a veces más apreciable y otras veces algún pequeño falso llano, pero por lo general iremos bajando a la vez que dejamos atrás el paisaje boscoso que da paso a un páramo con escasa vegetación. El estado de la carretera (al menos la vez que lo hicimos) deja bastante que desear en algunos puntos, volviéndose muy rugosa y bacheada. Una subida de un par de kilómetros corta nuestro ritmo, pero enseguida la superamos y volvemos a coger velocidad para llegar hasta el fondo del valle en
Quintanilla-Escalada. Esta es la primera vez que llegamos hasta aquí pues en las anteriores etapas nos desviamos en los cruces de Pesquera o Escalada.
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Vista aérea de Quintanilla-Escalada. Tomada de Panoramio |
A partir de Quintanilla-Escalada
la carretera vuelve a picar hacia arriba hasta algo más allá del cruce de
Valdelateja. Es un terreno propicio para que el grupo vuelva a unirse tras la diferencia hecha en la bajada anterior. Sin embargo, nosotros no lo hicimos así y quedamos partidos en dos o tres grupos durante bastantes kilómetros. Llegamos a un altillo y volvemos a
descender hasta San Felices del Rudrón. Llaneamos un poco y superamos algún repecho para situarnos en
Covanera, lugar del
primer descanso. Tenemos un bar a mano izquierda donde comprar algo para reponer fuerzas. Tras este parón salimos de Covanera para coger el
cruce a la izquierda hacia Sedano. A partir de aquí no volveremos a disfrutar apenas de terreno llano y mucho menos de bajadas. Los 6 kilómetros hasta Sedano serán una
subida constante y suave pero siempre tirando poco a poco hacia arriba.
Sedano, situado en el kilómetro 52 de la etapa, será nuestro
punto de avituallamiento. Adentrándonos en el pueblo veremos una pequeña tienda de ultramarinos ideal para prepararnos el almuerzo si es que no hemos llevado bocadillo. Terminado esto,
volveremos sobre nuestro pasos para girar a la derecha hacia nuestro siguiente destino:
Gredilla de Sedano. Este pueblo será el último que veremos en bastante tiempo. El cambio de terreno se hace evidente desde el momento en que dejamos Sedano, pues el porcentaje sube varios puntos. No obstante, el gran cambio viene algo después de Gredilla, más o menos cuando entramos en el bosque. Son unos
4 kilómetros de dura subida. No sabemos si fue porque veníamos con la tripa llena, por la humedad y el calor del bosque o porque desconocíamos el terreno, pero la subida se nos hizo durísima. Como no hay ninguna señal no podría decir qué porcentaje había, pero yo creo que
en torno al 12% (algún día lo calcularé).
Como todo tiene un lado bueno,
tendremos la carretera para nosotros: como mucho vimos pasar un coche. Dejando atrás una última curva salimos de pronto del bosque para ver ante nosotros un enorme
páramo. La subida no ha terminado por completo, pero sí su parte más dura. Estamos a unos 1050 metros de altitud. Transitamos por una zona de continuas subidas y bajadas por una
larga recta y a casi 1080 metros llegamos al punto más alto de la etapa. Una
corta y divertida bajada con curva de herradura incluida nos conduce a un duro repecho y finalmente a la
CL-629, una carretera, ahora sí, con
bastante tráfico. A la altura de
Pesadas de Burgos nos espera un tramo bastante aburrido de terreno llano hasta el
Puerto de La Mazorra.
Por fin llega el mejor momento del día con la
bajada de este puerto, que fue la primera vez que la hicimos. Una bajada
lenta en sus primeros dos kilómetros (casi hay que dar pedales) que cambia radicalmente con tres curvas de herraduras que se toman muy bien, y largas rectas donde coger buena velocidad. Terminada esta primera parte,
la siguiente es más técnica con más curveo y donde la pendiente alcanza el 11%. Por lo tanto, cuidado con esta última parte. Finalizando la bajada entramos a toda velocidad en
Valdenoceda y tomamos con cuidado las curvas de un estrecho puente. El tramo que viene a continuación, el
desfiladero de los Hocinos, es ideal para reagruparse tras la bajada. Un repecho nos deja en
Incinillas, donde es preferible parar a coger agua. La
fuente está en la parte izquierda de la carretera, cerca del cruce hacia
Manzanedo.
Un
tramo bastante llano y con largas rectas y
abundante tráfico nos lleva hasta
Villarcayo, lugar para hacer una última parada si es necesario, pues ya llevamos casi 100 kilómetros en las piernas. De aquí hasta
Santelices poco hay que decir pues nos conocemos la carretera como la palma de nuestra mano. Se trata de un tramo que va ascendiendo en todo momento, pero de forma muy paulatina. Eso sí, repechos como los de
Tubilla,
Escaño y sobre todo al salir de
Puentedey nos incomodarán bastante si vamos con las fuerzas justas.