domingo, 21 de diciembre de 2014

Subida a San Martín de las Ollas desde el muro (4,5 km)

La RUTA más corta de todas: una especie de contrarreloj de 4 kilómetros y medio que lo tiene todo, un primer tramo llano, una dura subida y un descenso final. He querido meter esta etapa por descubrir mejor la subida que hay a San Martín de las Ollas desde la carretera de Villarcayo. La etapa comienza sobre terreno llano en Santelices para tomar enseguida el cruce a la izquierda hacia Villarcayo. El poco recorrido que haremos es prácticamente llano o en ligera bajada para pasar junto al molino y desviarnos por un camino a la derecha, justo antes de llegar al conocido 'muro de San Martín'.
Elaboración propia
Nada más entrar en ese camino, de un asfalto algo mediocre pero apto para la bici, empieza la subida hasta el pueblo de San Martín. Se trata de una ascensión muy corta pero dura: medio kilómetro a casi un 10% de pendiente media. El asfalto rallado y áspero aumenta la dureza. Avanzamos por una zona húmeda y arbolada y, tras superar un par de curvas, el desnivel disminuye durante unos metros, para volver a sorprendernos una rampa del 11% en una curva de herradura. Pronto divisamos las primeras casas del pueblo, donde nos espera la parte más dura de la subida, con 200 m al 12%


La subida comienza en este cruce.
Incluso cuenta con una curva de
herradura.
Tras esta rampa hay un pequeño
descanso.
Llegados a un punto, podemos optar por seguir adentrándonos calle arriba o girar a la derecha, alejándonos del núcleo rural. Optaremos por la segunda opción, poniendo fin a la dura subida y rodando ahora por un camino totalmente llano que nos conducirá a 'La Fuentona'. Avanzamos unos metros más y salimos a la carrera de Soncillo. Nos queda por realizar un rápido descenso de un kilómetro hasta Santelices, donde cruzamos 'La Pontoncilla' para terminar con unos 300 metros llanos.
De 'La Fuentona' salimos a este
 cruce donde iniciamos la bajada final.

La pendiente es muy dura
 por las calles del pueblo.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Etapa reina: Lunada - Caracol - Braguía y Estacas (134 km)

Sin duda la ETAPA más difícil que he realizado en toda mi vida (aunque no en la que más he sufrido). Es una etapa reciente, pues la hicimos a últimos de este verano. Y es que conviene hacerla en esta época, ya que es cuando mejor forma tendremos después de haber entrenado durante julio y agosto. Ante una etapa tan larga lo mejor sería madrugar para evitar volver de noche en caso de que surja alguna pájara o algo por el estilo. No solo asusta su distancia, 134 kilómetros (la más larga de siempre), sino su temible perfil: consta de 4 puertos y dos subidas a La Varga (no considerada como puerto). El inicio desde Pedrosa es ideal para ir cogiendo ritmo con la suave subida hasta la Varga (4,2 kilómetros al 3,6% de media). Un tramo favorable por el valle de Sotoscueva es interrumpido por algún repecho antes de llegar a Barcenillas de Cerezos y Espinosa de los Monteros. Allí giramos a la izquierda por una carretera que irá ascendiendo poco a poco hasta Las Machorras.

Elaboración propia

La pendiente se hace algo más pronunciada al dejar atrás esta localidad. Pronto llegamos a una intersección, donde elegimos el camino de la derecha, dirección Lunada. Después de unos metros de bajada comienza la ascensión a Lunada (8,2 kilómetros al 5,8% de pendiente media). Es un puerto relativamente duro, no tanto por sus rampas, que son bastante constantes, sino por su longitud. Lunada se hace bastante largo, así que conviene subirlo de forma suave para desgastarse lo menos posible. Un aspecto a tener en cuenta es el mal estado del asfalto en algunos puntos: está muy rayado y áspero, sobre todo en los primeros kilómetros. 

El portillo de Lunada, con 1350 metros, es el techo de nuestra
ruta. Buen lugar para hacer el primer descanso
En el alto, a 1350 metros, podemos parar a comer   algo si es que no hace mucho frío y no abunda la niebla. Nos esperan ahora unos 14 kilómetros de bajada hacia Cantabria, un descenso bastante rápido en su parte inicial y sobre todo lleno de curvas. Destacar la imponente curva de herradura a los dos kilómetros de bajada con un impresionante barranco a nuestra derecha.
Curva de herradura de Lunada.
Cuidado con el barranco. Tomada de
Paperblog
Pero lo peor es, una vez más, el estado de la carretera, pues está muy bacheada y nuestras muñecas sufrirán de lo lindo, al igual que en Estacas de Trueba. Hay que estar atentos para no saltarnos el cruce a izquierdas hacia Selaya. Por lo tanto, no llegamos a entrar en San Roque. Terminado el descenso, enlazamos directamente con el siguiente puerto: El Caracol (5,1 kilómetros al 7% de media). Se trata del puerto más corto del día, pero también el de mayor pendiente media. Nos tocará sufrir rampas de hasta el 10% por una zona arbolada que aumentará la sensación de humedad. De los cuatro puertos es el que más me costó subir. La última parte transcurre sin una sola sombra, así que sufriremos bastante si el día está despejado. 

Bajando El Caracol con Selaya al fondo
La bajada de este puerto es de las más divertidas del día, por una carretera en muy buen estado, con poco tráfico y anchura suficiente para tomar las curvas bastante rápido. Es un descenso rápido y con varias curvas de herradura. El único pero es que cuenta con un odioso repecho de unos 700 metros que nos corta el ritmo. Una vez superado, nos restan algo más de dos kilómetros de fuerte bajada hasta Selaya. Hay una fuente que nos vendrá de lujo justo a la entrada del pueblo. Giraremos ahora a la izquierda, dejando al otro lado el centro de Selaya. 

Unos metros de terreno llano y comenzamos la tercera ascensión del día: La Braguía (8,2 kilómetros al 5,85% de media). Por longitud y pendiente es un puerto clavado a Lunada, pero mientras que este cuenta con una subida constante, La Braguía tiene un primer kilómetro casi llano y algunos muy duros que superan el 7% de media. Además La Braguía cuenta con varias curvas de herradura, por ninguna de Lunada. Si a esto le sumamos que transcurre por una zona mucho más boscosa y húmeda que Lunada, y a que esta ascensión nos era desconocida, la dureza del puerto cántabro es mayor. El único punto a favor es que el estado de la carretera es mejor que el de Lunada. Es un puerto que se hace bastante largo al no conocerlo y cuenta con dos miradores, lo que puede llegar a confundirlos con el alto. 

Puerto de La Braguía
Tras esta dura ascensión, emprendemos la bajada hacia Vega de Pas durante 6 kilómetros de bastante curveo. Este será nuestro segundo y más importante punto de avituallamiento, pues debemos prepararnos para el puerto más exigente del día: Estacas de Trueba (14,2 km al 5,6% de media). A excepción de los dos primeros kilómetros que no pasan del 3%, el resto del puerto tiene porcentajes entre el 5 y el 7%. Sin duda la dureza de este puerto radica en su longitud. La clave es hacerlo con paciencia y contar con la suerte que tuvimos nosotros (el cielo nublado y un tiempo bastante fresco). Fácilmente tardaremos unas dos horas en subir este coloso. En los últimos kilómetros del puerto hay una fuente, justo antes de la última curva de herradura. Es muy probable que arriba encontremos niebla, así que lo mejor es no permanecer en el alto durante mucho rato. 
Desde Estacas de Trueba gozamos de bellos paisajes.
A medida que vamos subiendo, divisamos todo lo que hemos
dejado atrás. Tomada de CDBlendios

Con casi 100 kilómetros en nuestras piernas, iniciamos la bajada de Estacas por el lado de Burgos, con mucha menos pendiente. Incluso tendremos que subir algún pequeño repecho en algún momento, pero por lo general la carretera es favorable hasta Espinosa. En esta localidad podemos hacer nuestra última parada si es necesario, para completar con fuerza los últimos 20 kilómetros de la etapa. Unos kilómetros algo quebrados por sus continuos repechos hasta Sotoscueva. Aquí nos espera la última trampa: la subida a La Varga (1,6 kilómetros al 4,7% de media). Desde el alto hasta Pedrosa solo nos queda relajarnos en la suave bajada para completar esta dura etapa.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Subida a Bocos y vuelta por Sotoscueva (64 Km)

Después de tanta montaña, por fin una ETAPA casi llana, con el puerto de Bocos como única dificultad del día. Comenzamos tomando el cruce de Villarcayo por una buena carretera que nos llevará cómodamente hasta Quintanabaldo. Superamos un repecho y la carretera vuelve a llanear o a subir muy ligeramente hacia arriba. Tras una curva muy cerrada empieza un pequeño descenso hasta el cruce de Leva. Un repecho y volvemos a bajar otro tanto más. Poco antes de Puentedey sí que vuelve a empinarse algo el terreno, pero cuando queremos darnos cuenta ya estamos entrando al pueblo a toda velocidad. Dejamos Puentedey atrás y disfrutamos de un tramo casi llano hasta Brizuela. De aquí hasta Escaño el terreno es favorable. Los kilómetros siguientes transcurren por una zona con bastantes curvas y muros muy cerca de la carretera (mal sitio para tener un coche detrás). Sin embargo es un terreno prácticamente llano, muy cómodo para rodar.
Elaboración propia


La larga recta que quita las ganas de subir Bocos.
Tomado de RecorridosciclistasCantabria
El paisaje se abre en Tubilla, con una larga recta que nos conducirá hasta un duro pero breve repecho. A partir de aquí cogemos velocidad y entramos en Cigüenza para circular por una larguísima recta de casi dos kilómetros totalmente llana. En poco tiempo entramos en Villarcayo para recorrerlo de una punta a otra y salir por la zona del centro médico y la estación de autobuses. Sin dificultad pasamos junto a Villacomparada de Rueda y un par de curvas nos dejan en el pueblo de Bocos, lugar en el que comienza la única ascensión de la jornada: el Alto de Bocos . Es un ascensión corta (algo más de 3 kilómetros) pero no la debemos subestimar, ya que tiene dos kilómetros duros entre el 7,3 y el 8,2% de pendiente media. Es un puerto que ha pasado la Vuelta a España en varias ocasiones.

La parte más dura del puerto, con rampas del 10%.
Tomado de RecorridosciclistasCantabria
Solo con mirar al horizonte y ver una recta de un kilómetro y medio que sube hacia arriba desmotiva bastante. Lo peor es que según vas avanzando vas notando cómo va subiendo la pendiente y parece que no acaba nunca ese maldito tramo. Superada la mitad de este puerto, llega una zona con más curvas donde se alcanzan rampas máximas del 10%. Por suerte el último kilómetro tiene tramos prácticamente llanos y solo los metros finales vuelven a ser algo duros. La bajada por la otra vertiente es corta pero bastante rápida. Nos encontraremos con un pequeño repecho que superaremos con la inercia cogida en el descenso y pasaremos por Gayangos. Una pequeña subida nos deja en Baranda, lugar donde comienza una nueva larguísima recta de 3 kilómetros hasta El Crucero. En este tramo suele soplar el viento de cara, por lo que habrá que turnarse y tirar de rebufo.

Lagunas de Gayangos. Tomada de GR1
En El Crucero vamos dirección Espinosa por un tramo algo aburrido en el que la carretera llanea bastante hasta Loma, pero a continuación la subida, sin ser exigente, sí que se hace notar más hasta poco antes de Espinosa. En esta localidad deberíamos hacer una parada de avituallamiento, aunque sea para coger algo de agua, pues exceptuando Bocos, nos queda la parte más quebrada de la etapa con mucho sube y baja. Dejamos atrás Espinosa y comenzamos el descenso hasta Barcenillas, donde llaneamos unos metros para subir una corta rampa. De nuevo un provechoso descenso da paso a otra subida hasta Quintanilla del Rebollar. El terreno vuelve a estabilizarse unos kilómetros hasta Quisicedo, donde sufrimos una nueva rampa para llegar al centro del pueblo.

Dejamos por fin estos continuos desniveles y rodamos unos kilómetros cómodos en los que atravesaremos varios pueblos. En Entrambosríos comienza el último repecho duro del día, la subida a La Varga por su lado más corto, pero más duro. Es una subida de un kilómetro y medio aproximadamente, con rampas máximas del 8%. En otras ocasiones, cuando llevamos 100 kilómetros en las piernas, puede atragantarse, pero no debería ocurrir en esta etapa. Una vez arriba nos espera un suave descenso de más de 4 kilómetros hasta Pedrosa