domingo, 21 de diciembre de 2014

Subida a San Martín de las Ollas desde el muro (4,5 km)

La RUTA más corta de todas: una especie de contrarreloj de 4 kilómetros y medio que lo tiene todo, un primer tramo llano, una dura subida y un descenso final. He querido meter esta etapa por descubrir mejor la subida que hay a San Martín de las Ollas desde la carretera de Villarcayo. La etapa comienza sobre terreno llano en Santelices para tomar enseguida el cruce a la izquierda hacia Villarcayo. El poco recorrido que haremos es prácticamente llano o en ligera bajada para pasar junto al molino y desviarnos por un camino a la derecha, justo antes de llegar al conocido 'muro de San Martín'.
Elaboración propia
Nada más entrar en ese camino, de un asfalto algo mediocre pero apto para la bici, empieza la subida hasta el pueblo de San Martín. Se trata de una ascensión muy corta pero dura: medio kilómetro a casi un 10% de pendiente media. El asfalto rallado y áspero aumenta la dureza. Avanzamos por una zona húmeda y arbolada y, tras superar un par de curvas, el desnivel disminuye durante unos metros, para volver a sorprendernos una rampa del 11% en una curva de herradura. Pronto divisamos las primeras casas del pueblo, donde nos espera la parte más dura de la subida, con 200 m al 12%


La subida comienza en este cruce.
Incluso cuenta con una curva de
herradura.
Tras esta rampa hay un pequeño
descanso.
Llegados a un punto, podemos optar por seguir adentrándonos calle arriba o girar a la derecha, alejándonos del núcleo rural. Optaremos por la segunda opción, poniendo fin a la dura subida y rodando ahora por un camino totalmente llano que nos conducirá a 'La Fuentona'. Avanzamos unos metros más y salimos a la carrera de Soncillo. Nos queda por realizar un rápido descenso de un kilómetro hasta Santelices, donde cruzamos 'La Pontoncilla' para terminar con unos 300 metros llanos.
De 'La Fuentona' salimos a este
 cruce donde iniciamos la bajada final.

La pendiente es muy dura
 por las calles del pueblo.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Etapa reina: Lunada - Caracol - Braguía y Estacas (134 km)

Sin duda la ETAPA más difícil que he realizado en toda mi vida (aunque no en la que más he sufrido). Es una etapa reciente, pues la hicimos a últimos de este verano. Y es que conviene hacerla en esta época, ya que es cuando mejor forma tendremos después de haber entrenado durante julio y agosto. Ante una etapa tan larga lo mejor sería madrugar para evitar volver de noche en caso de que surja alguna pájara o algo por el estilo. No solo asusta su distancia, 134 kilómetros (la más larga de siempre), sino su temible perfil: consta de 4 puertos y dos subidas a La Varga (no considerada como puerto). El inicio desde Pedrosa es ideal para ir cogiendo ritmo con la suave subida hasta la Varga (4,2 kilómetros al 3,6% de media). Un tramo favorable por el valle de Sotoscueva es interrumpido por algún repecho antes de llegar a Barcenillas de Cerezos y Espinosa de los Monteros. Allí giramos a la izquierda por una carretera que irá ascendiendo poco a poco hasta Las Machorras.

Elaboración propia

La pendiente se hace algo más pronunciada al dejar atrás esta localidad. Pronto llegamos a una intersección, donde elegimos el camino de la derecha, dirección Lunada. Después de unos metros de bajada comienza la ascensión a Lunada (8,2 kilómetros al 5,8% de pendiente media). Es un puerto relativamente duro, no tanto por sus rampas, que son bastante constantes, sino por su longitud. Lunada se hace bastante largo, así que conviene subirlo de forma suave para desgastarse lo menos posible. Un aspecto a tener en cuenta es el mal estado del asfalto en algunos puntos: está muy rayado y áspero, sobre todo en los primeros kilómetros. 

El portillo de Lunada, con 1350 metros, es el techo de nuestra
ruta. Buen lugar para hacer el primer descanso
En el alto, a 1350 metros, podemos parar a comer   algo si es que no hace mucho frío y no abunda la niebla. Nos esperan ahora unos 14 kilómetros de bajada hacia Cantabria, un descenso bastante rápido en su parte inicial y sobre todo lleno de curvas. Destacar la imponente curva de herradura a los dos kilómetros de bajada con un impresionante barranco a nuestra derecha.
Curva de herradura de Lunada.
Cuidado con el barranco. Tomada de
Paperblog
Pero lo peor es, una vez más, el estado de la carretera, pues está muy bacheada y nuestras muñecas sufrirán de lo lindo, al igual que en Estacas de Trueba. Hay que estar atentos para no saltarnos el cruce a izquierdas hacia Selaya. Por lo tanto, no llegamos a entrar en San Roque. Terminado el descenso, enlazamos directamente con el siguiente puerto: El Caracol (5,1 kilómetros al 7% de media). Se trata del puerto más corto del día, pero también el de mayor pendiente media. Nos tocará sufrir rampas de hasta el 10% por una zona arbolada que aumentará la sensación de humedad. De los cuatro puertos es el que más me costó subir. La última parte transcurre sin una sola sombra, así que sufriremos bastante si el día está despejado. 

Bajando El Caracol con Selaya al fondo
La bajada de este puerto es de las más divertidas del día, por una carretera en muy buen estado, con poco tráfico y anchura suficiente para tomar las curvas bastante rápido. Es un descenso rápido y con varias curvas de herradura. El único pero es que cuenta con un odioso repecho de unos 700 metros que nos corta el ritmo. Una vez superado, nos restan algo más de dos kilómetros de fuerte bajada hasta Selaya. Hay una fuente que nos vendrá de lujo justo a la entrada del pueblo. Giraremos ahora a la izquierda, dejando al otro lado el centro de Selaya. 

Unos metros de terreno llano y comenzamos la tercera ascensión del día: La Braguía (8,2 kilómetros al 5,85% de media). Por longitud y pendiente es un puerto clavado a Lunada, pero mientras que este cuenta con una subida constante, La Braguía tiene un primer kilómetro casi llano y algunos muy duros que superan el 7% de media. Además La Braguía cuenta con varias curvas de herradura, por ninguna de Lunada. Si a esto le sumamos que transcurre por una zona mucho más boscosa y húmeda que Lunada, y a que esta ascensión nos era desconocida, la dureza del puerto cántabro es mayor. El único punto a favor es que el estado de la carretera es mejor que el de Lunada. Es un puerto que se hace bastante largo al no conocerlo y cuenta con dos miradores, lo que puede llegar a confundirlos con el alto. 

Puerto de La Braguía
Tras esta dura ascensión, emprendemos la bajada hacia Vega de Pas durante 6 kilómetros de bastante curveo. Este será nuestro segundo y más importante punto de avituallamiento, pues debemos prepararnos para el puerto más exigente del día: Estacas de Trueba (14,2 km al 5,6% de media). A excepción de los dos primeros kilómetros que no pasan del 3%, el resto del puerto tiene porcentajes entre el 5 y el 7%. Sin duda la dureza de este puerto radica en su longitud. La clave es hacerlo con paciencia y contar con la suerte que tuvimos nosotros (el cielo nublado y un tiempo bastante fresco). Fácilmente tardaremos unas dos horas en subir este coloso. En los últimos kilómetros del puerto hay una fuente, justo antes de la última curva de herradura. Es muy probable que arriba encontremos niebla, así que lo mejor es no permanecer en el alto durante mucho rato. 
Desde Estacas de Trueba gozamos de bellos paisajes.
A medida que vamos subiendo, divisamos todo lo que hemos
dejado atrás. Tomada de CDBlendios

Con casi 100 kilómetros en nuestras piernas, iniciamos la bajada de Estacas por el lado de Burgos, con mucha menos pendiente. Incluso tendremos que subir algún pequeño repecho en algún momento, pero por lo general la carretera es favorable hasta Espinosa. En esta localidad podemos hacer nuestra última parada si es necesario, para completar con fuerza los últimos 20 kilómetros de la etapa. Unos kilómetros algo quebrados por sus continuos repechos hasta Sotoscueva. Aquí nos espera la última trampa: la subida a La Varga (1,6 kilómetros al 4,7% de media). Desde el alto hasta Pedrosa solo nos queda relajarnos en la suave bajada para completar esta dura etapa.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Subida a Bocos y vuelta por Sotoscueva (64 Km)

Después de tanta montaña, por fin una ETAPA casi llana, con el puerto de Bocos como única dificultad del día. Comenzamos tomando el cruce de Villarcayo por una buena carretera que nos llevará cómodamente hasta Quintanabaldo. Superamos un repecho y la carretera vuelve a llanear o a subir muy ligeramente hacia arriba. Tras una curva muy cerrada empieza un pequeño descenso hasta el cruce de Leva. Un repecho y volvemos a bajar otro tanto más. Poco antes de Puentedey sí que vuelve a empinarse algo el terreno, pero cuando queremos darnos cuenta ya estamos entrando al pueblo a toda velocidad. Dejamos Puentedey atrás y disfrutamos de un tramo casi llano hasta Brizuela. De aquí hasta Escaño el terreno es favorable. Los kilómetros siguientes transcurren por una zona con bastantes curvas y muros muy cerca de la carretera (mal sitio para tener un coche detrás). Sin embargo es un terreno prácticamente llano, muy cómodo para rodar.
Elaboración propia


La larga recta que quita las ganas de subir Bocos.
Tomado de RecorridosciclistasCantabria
El paisaje se abre en Tubilla, con una larga recta que nos conducirá hasta un duro pero breve repecho. A partir de aquí cogemos velocidad y entramos en Cigüenza para circular por una larguísima recta de casi dos kilómetros totalmente llana. En poco tiempo entramos en Villarcayo para recorrerlo de una punta a otra y salir por la zona del centro médico y la estación de autobuses. Sin dificultad pasamos junto a Villacomparada de Rueda y un par de curvas nos dejan en el pueblo de Bocos, lugar en el que comienza la única ascensión de la jornada: el Alto de Bocos . Es un ascensión corta (algo más de 3 kilómetros) pero no la debemos subestimar, ya que tiene dos kilómetros duros entre el 7,3 y el 8,2% de pendiente media. Es un puerto que ha pasado la Vuelta a España en varias ocasiones.

La parte más dura del puerto, con rampas del 10%.
Tomado de RecorridosciclistasCantabria
Solo con mirar al horizonte y ver una recta de un kilómetro y medio que sube hacia arriba desmotiva bastante. Lo peor es que según vas avanzando vas notando cómo va subiendo la pendiente y parece que no acaba nunca ese maldito tramo. Superada la mitad de este puerto, llega una zona con más curvas donde se alcanzan rampas máximas del 10%. Por suerte el último kilómetro tiene tramos prácticamente llanos y solo los metros finales vuelven a ser algo duros. La bajada por la otra vertiente es corta pero bastante rápida. Nos encontraremos con un pequeño repecho que superaremos con la inercia cogida en el descenso y pasaremos por Gayangos. Una pequeña subida nos deja en Baranda, lugar donde comienza una nueva larguísima recta de 3 kilómetros hasta El Crucero. En este tramo suele soplar el viento de cara, por lo que habrá que turnarse y tirar de rebufo.

Lagunas de Gayangos. Tomada de GR1
En El Crucero vamos dirección Espinosa por un tramo algo aburrido en el que la carretera llanea bastante hasta Loma, pero a continuación la subida, sin ser exigente, sí que se hace notar más hasta poco antes de Espinosa. En esta localidad deberíamos hacer una parada de avituallamiento, aunque sea para coger algo de agua, pues exceptuando Bocos, nos queda la parte más quebrada de la etapa con mucho sube y baja. Dejamos atrás Espinosa y comenzamos el descenso hasta Barcenillas, donde llaneamos unos metros para subir una corta rampa. De nuevo un provechoso descenso da paso a otra subida hasta Quintanilla del Rebollar. El terreno vuelve a estabilizarse unos kilómetros hasta Quisicedo, donde sufrimos una nueva rampa para llegar al centro del pueblo.

Dejamos por fin estos continuos desniveles y rodamos unos kilómetros cómodos en los que atravesaremos varios pueblos. En Entrambosríos comienza el último repecho duro del día, la subida a La Varga por su lado más corto, pero más duro. Es una subida de un kilómetro y medio aproximadamente, con rampas máximas del 8%. En otras ocasiones, cuando llevamos 100 kilómetros en las piernas, puede atragantarse, pero no debería ocurrir en esta etapa. Una vez arriba nos espera un suave descenso de más de 4 kilómetros hasta Pedrosa

sábado, 22 de noviembre de 2014

Contrarreloj Santelices - Cidad - Dosante - Pedrosa (5,75 km)

Interesante contrarreloj de casi 6 kilómetros que cuenta con varios repechos muy fuertes. La VUELTA comienza en el Ayuntamiento, llaneando unos metros hasta la pontoncilla, donde giramos a la derecha y comienza a subir el terreno. Al dejar atrás las bodegas, tomamos el cruce a la derecha dirección Cidad. Emprendemos la parte más aburrida, a mi juicio, de esta corta ruta. La carretera irá subiendo muy poco a poco hasta que llegamos a un pequeño descenso que desaparece tras una curva a derechas. Es el momento de ponerse más serios, pues esta subida es el primer aviso del día. La última curva se hace algo dura, pero por suerte ahí termina el repecho.

Elaboración propia



Túnel con curva 
ciega
Cruce hacia Dosante
Entrando en Cidad llaneamos durante unos 150 metros para coger inmediatamente el cruce a la derecha rumbo a Dosante. Es imprescindible hacer esta ruta con la bici de montaña, pues el descenso que viene a continuación transcurre por una pista de grava casi comida por la vegetación en algún punto. Tiene un par de curvas bastante malas, pero podemos elegir la trazada que queramos, pues tendríamos muy mala suerte si nos encontráramos con un vehículo de frente por esta carretera. Sin embargo, mejor estar atentos por si hallamos algún animal o persona que está paseando.
La carretera está en mal estado
hasta Dosante
Nada más terminar el descenso y aún con bastante inercia, frenamos un poco para atravesar un estrecho y bacheado tunelcillo donde giramos 90 grados a la derecha (es un giro ciego). La carretera, aún en bastante mal estado, vuelve a tirar hacia arriba, teniendo que superar una dura curva a la altura de las antiguas vías. Dejamos atrás la estación de tren y superamos un repecho realmente duro con algún tramo de hormigón. Llegamos a la parte más baja de Dosante por la zona del cementerio y salimos a una carretera mejor. Iremos hacia la derecha, dirección Pedrosa.
Cruce en el cementerio de Dosante
Un tramo de ligera bajada nos permitirá reponer energías para comenzar la última subida del recorrido que comienza en la chicane. Son 400 metros de ascensión. Más de la mitad no baja del 9%, pero la parte final sí que suaviza bastante. Contamos con una curva cerradísima que no conviene subir por el interior si no queremos comernos un 15% de pendiente. 

Mejor tomar esta curva por el exterior
De ahí hasta el punto más alto se hace más llevadero. A continuación nos relajamos por un terreno casi llano o en ligera bajada hasta el punto limpio de Pedrosa. Atención ahora porque la bici comienza a coger velocidad y afrontamos una empinada bajada de unos 300 metros a más del 10% en algunas zonas.
Ojo con esta bajada

En esta bajada me rompí la clavícula hace unos años y no le guardo un buen recuerdo. Alguna vez sí que he probado a bajar por aquí, tirando mucho de ambos frenos, sobre todo a partir de la iglesia, donde la pendiente es mayor. 

La bajada es peligrosa porque a nada que te pases de frenada no puedes tomar bien el giro y tienes dos opciones: chocarte contra el muro que tienes enfrente o que un coche te lleve por delante. Por lo tanto, yo prefiero callejear por La Serna que es mucho más divertido.  Una vez abajo en la Casa Rural giramos a la derecha y pasamos las vías y el puente para girar de nuevo a la derecha y llegar hasta la plaza al sprint.



Podéis ver aquí la última parte de la etapa durante la nevada de febrero de 2015


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Rumbo a Sedano y regreso por la Mazorra (113 km)


ETAPA de media montaña y de larga distancia: de hecho se trata de la tercera ruta más larga que hemos hecho y una de las pocas que superan los 100 kilómetros. Que no os engañe su perfil, es un terreno bastante quebrado, pero sobre todo es su longitud lo que la hace más dura. Sus últimos 30 kilómetros son los más llanos, pero se hacen bastante difíciles por el cansancio que llevas ya encima. Comenzamos con la subida hasta Argomedo que fácilmente podríamos catalogar como puerto, comparándolo con Carrales por ejemplo. Una vez en el cruce de Soncillo, iremos hacia Cilleruelo de Bezana por una carretera con algún cambio de rasante y bastante viento. A la altura de esta localidad tomaremos la N-623 hacia Carrales, ascensión que comienza tras la bajada de la gasolinera. Son unos 4 kilómetros bastante constantes con unas rampas máximas en torno al 7-8%. Haciéndolo con relativa calma este puerto no se hace duro. Además goza de bastante sombra. Si vamos a primeras horas del día es probable que encontremos algo de niebla. 
Elaboración propia

Decimos adiós al alto para descender bruscamente un par de kilómetros y subir un gran repecho hasta Paradores de Bricia. Nos espera un prolongado descenso, a veces más apreciable y otras veces algún pequeño falso llano, pero por lo general iremos bajando a la vez que dejamos atrás el paisaje boscoso que da paso a un páramo con escasa vegetación. El estado de la carretera (al menos la vez que lo hicimos) deja bastante que desear en algunos puntos, volviéndose muy rugosa y bacheada. Una subida de un par de kilómetros corta nuestro ritmo, pero enseguida la superamos y volvemos a coger velocidad para llegar hasta el fondo del valle en Quintanilla-Escalada. Esta es la primera vez que llegamos hasta aquí pues en las anteriores etapas nos desviamos en los cruces de Pesquera o Escalada.

Vista aérea de Quintanilla-Escalada. Tomada de Panoramio
A partir de Quintanilla-Escalada la carretera vuelve a picar hacia arriba hasta algo más allá del cruce de Valdelateja. Es un terreno propicio para que el grupo vuelva a unirse tras la diferencia hecha en la bajada anterior. Sin embargo, nosotros no lo hicimos así y quedamos partidos en dos o tres grupos durante bastantes kilómetros. Llegamos a un altillo y volvemos a descender hasta San Felices del Rudrón. Llaneamos un poco y superamos algún repecho para situarnos en Covanera, lugar del primer descanso. Tenemos un bar a mano izquierda donde comprar algo para reponer fuerzas. Tras este parón salimos de Covanera para coger el cruce a la izquierda hacia Sedano. A partir de aquí no volveremos a disfrutar apenas de terreno llano y mucho menos de bajadas. Los 6 kilómetros hasta Sedano serán una subida constante y suave pero siempre tirando poco a poco hacia arriba. 

Sedano, situado en el kilómetro 52 de la etapa, será nuestro punto de avituallamiento. Adentrándonos en el pueblo veremos una pequeña tienda de ultramarinos ideal para prepararnos el almuerzo si es que no hemos llevado bocadillo. Terminado esto, volveremos sobre nuestro pasos para girar a la derecha hacia nuestro siguiente destino: Gredilla de Sedano. Este pueblo será el último que veremos en bastante tiempo. El cambio de terreno se hace evidente desde el momento en que dejamos Sedano, pues el porcentaje sube varios puntos. No obstante, el gran cambio viene algo después de Gredilla, más o menos cuando entramos en el bosque. Son unos 4 kilómetros de dura subida. No sabemos si fue porque veníamos con la tripa llena, por la humedad y el calor del bosque o porque desconocíamos el terreno, pero la subida se nos hizo durísima. Como no hay ninguna señal no podría decir qué porcentaje había, pero yo creo que en torno al 12% (algún día lo calcularé). 

La mayor atracción turística de Covanera, el Pozo Azul.
Tomado de ObjetivoCantabria
Como todo tiene un lado bueno, tendremos la carretera para nosotros: como mucho vimos pasar un coche. Dejando atrás una última curva salimos de pronto del bosque para ver ante nosotros un enorme páramo. La subida no ha terminado por completo, pero sí su parte más dura. Estamos a unos 1050 metros de altitud. Transitamos por una zona de continuas subidas y bajadas por una larga recta y a casi 1080 metros llegamos al punto más alto de la etapa. Una corta y divertida bajada con curva de herradura incluida nos conduce a un duro repecho y finalmente a la CL-629, una carretera, ahora sí, con bastante tráfico. A la altura de Pesadas de Burgos nos espera un tramo bastante aburrido de terreno llano hasta el Puerto de La Mazorra.

Por fin llega el mejor momento del día con la bajada de este puerto, que fue la primera vez que la hicimos. Una bajada lenta en sus primeros dos kilómetros (casi hay que dar pedales) que cambia radicalmente con tres curvas de herraduras que se toman muy bien, y largas rectas donde coger buena velocidad. Terminada esta primera parte, la siguiente es más técnica con más curveo y donde la pendiente alcanza el 11%. Por lo tanto, cuidado con esta última parte. Finalizando la bajada entramos a toda velocidad en Valdenoceda y tomamos con cuidado las curvas de un estrecho puente. El tramo que viene a continuación, el desfiladero de los Hocinos, es ideal para reagruparse tras la bajada. Un repecho nos deja en Incinillas, donde es preferible parar a coger agua. La fuente está en la parte izquierda de la carretera, cerca del cruce hacia Manzanedo.

Vista general de La Mazorra. Tomada de Todopueblos
Un tramo bastante llano y con largas rectas y abundante tráfico nos lleva hasta Villarcayo, lugar para hacer una última parada si es necesario, pues ya llevamos casi 100 kilómetros en las piernas. De aquí hasta Santelices poco hay que decir pues nos conocemos la carretera como la palma de nuestra mano. Se trata de un tramo que va ascendiendo en todo momento, pero de forma muy paulatina. Eso sí, repechos como los de Tubilla, Escaño y sobre todo al salir de Puentedey nos incomodarán bastante si vamos con las fuerzas justas. 

sábado, 8 de noviembre de 2014

Del Túnel de la Engaña al Alto de La Varga (15,3 km)

Más que una ETAPA, se trata de un pequeño paseo, pero cuenta con uno de los tramos más duros de la zona: la subida a Colladío desde el Túnel. Es totalmente obligatorio llevar la bici de montaña y si es de las buenas mejor. La etapa es de lo más tranquila en su primeros seis kilómetros. Dejando atrás Santelices, Pedrosa y San Martín de Porres a lo largo de un terreno llano, superamos un pequeño repecho hasta Rozas. Atravesamos el pueblo en bajada y cogemos algo de impulso hasta la cantera, donde el terreno vuelve a picar hacia arriba. Superamos un paso canadiense y rodamos un par de kilómetros por un falso llano en torno al 1 o 2%, casi siempre con el viento de cara.
Elaboración propia

Tramo más duro de la subida
(mirando hacia atrás)
con rampas del 18%
Con la vista de las primeras casas semiderruidas, llegamos al antiguo poblado que sirvió de acogida a los presos y trabajadores que construyeron el Túnel de La Engaña, ahora en ruinas. Dejamos a un lado la boca del túnel y seguimos el camino atravesando un puente. A partir de aquí el asfalto desaparece y circularemos por un camino lleno de tierra y piedras sueltas con varios baches. 700 metros más adelante llegaremos a un merendero situado a mano derecha en un claro. Vamos a encontrarnos con tres opciones: un camino a la izquierda que nos llevaría hacia las cabañas, seguir nuestro camino y otro sendero a la derecha que desmotiva a cualquiera con solo mirarlo.
Valle de Sotoscueva desde el Alto de Colladío 
Tomaremos este último, que nos llevará hasta La Varga. Una señal nos avisa de que la pendiente será del 14% en algunos puntos, incluso más. Se trata de una subida de 2 kilómetros al 11% de pendiente media, suavizada por un par de descansos a la mitad. La dureza aumenta teniendo en cuenta que el suelo está compuesto por piedras sueltas, lo que hace que patines con mucha facilidad. Se trata hasta la fecha de la única subida que no he podido hacerla entera subido sobre la bici. Las dos veces tuve que hacer un buen tramo con ella a cuestas. 
Elaboración propia
La-primera rampa es brutal, 100 metros al 17% con un par de curvas cerradas. Pronto encaramos una recta con rampas que no bajan del 15%. Por esta zona el terreno está muy erosionado y es muy difícil aguantar sobre la bici sin caerse. Llegamos a una curva que posee la rampa más dura de la subida: un 18%. Superada esta durísima primera parte, por fin contamos con un descanso de unos 200 metros casi llanos.  Una curva cerrada nos devuelve a la cruda realidad y volvemos a sufrir rampas de hasta el 17%. Ahora descendemos unos metros para emprender la última parte de la subida, menos dura que el primer kilómetro. El terreno también mejora bastante (hay menos piedras sueltas), pudiendo completar el camino más cómodamente.
Volviendo la vista atrás podemos ver el fondo del valle y el
tramo que hemos ascendido
Dejamos atrás la última curva cerrada y rodamos por una larga recta que va perdiendo dureza del 16% inicial, oscilando entre un 12 y un 10% y terminando en porcentajes muy bajos según llegamos al alto. Situados a 972 metros de altura, disfrutamos de espléndidas vistas y comenzamos la divertida bajada de un kilómetro y medio. Un tramo donde se coge bastante velocidad, con un par de curvas difíciles y con mucha grava y pedruscos por el camino. Hay que andar con cuidado  porque no es difícil salirse de la pista y acabar en la cuneta. En los últimos metros, con menos pendiente, hay que estar atentos al paso canadiense. Esta pista sale directamente al alto de La Varga, quedándonos 5 kilómetros en bajada por una carretera de buen asfalto hasta Pedrosa.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Resconorio y vuelta por los molinos (48 km)

ETAPA de una distancia media (casi 50 kilómetros) diseñada este mismo verano . A mi juicio me parece una de las etapas más divertidas que hemos realizado últimamente, exceptuando el primer tercio. Se suben dos puertos de montaña, entre ellos una desconocida subida a la Matanela desde Resconorio. El inicio, como muchos otros días, nos lleva a una subida de casi 5 kilómetros hasta Argomedo para comenzar fuerte. Rápidamente llegamos al cruce de Soncillo donde iremos dirección El Escudo. Nos tocan los kilómetros más llanos y ventosos de toda la etapa, sin olvidarnos de un potente repecho a la salida de Quintanaentello con su correspondiente bajada. El terreno es bastante llano hasta Las Cabañas. Incluso rodaremos otro kilómetro y medio más por un terreno similar.

Elaboración propia

Justo a la altura del cruce que va a Reinosa empieza la subida al puerto de El Escudo por su vertiente más suave: solo 2,7 kilómetros. Una subida corta pero dura, especialmente sus primeras rampas, con porcentajes de hasta un 11%. Más adelante sus rampas suavizan bastante y se hacen más constantes, en torno a un 5-6% . Pasada la frontera de Cantabria al alto está próximo y solo queda un pequeño esfuerzo más. Aunque apetecería bajarnos el puerto entero, solo descenderemos un par de kilómetros. Cuidado con esta bajada porque las rampas llegan al 15% en algún punto y hay bastantes curvas. La bici se embala con mucha facilidad y hay que estar atentos al cruce a la derecha que nos llevará a Resconorio. Entramos en una carretera más estrecha pero bien asfaltada y con muy poco tráfico para seguir descendiendo, excepto una ligera subida, por el valle.

Carretera a la que salimos desde Resconorio. Hacia la izquierda (foto)
vamos a San Pedro del Romeral. Hacia la derecha coronamos la Matanela
 (dirección Burgos)
La bajada es rápida y con algunas curvas bastante cerradas, así que precaución. Llegados al punto más bajo del valle (y también de la etapa) a unos 640 metros de altitud, vemos las primeras casas de Resconorio, una localidad muy disgregada. A partir de aquí el terreno pica para arriba durante 7 kilómetros, en lo que podríamos considerar el comienzo de La Matanela por esta vertiente desconocida. Alternando zonas de bosque con otras más abiertas, llegamos al núcleo principal de Resconorio, donde podemos parar a beber agua. A la salida del pueblo nos encontramos con una rampa durísima en torno al 15-16%. Por suerte no es muy larga y pronto se hace más suave. Sin embargo, unos metros más adelante volvemos a luchar contra otro rampón de igual dureza. Dejada atrás la última casa, la pendiente se estabiliza en torno al 9% durante unos 2 kilómetros y medio. Los últimos 500 metros son especialmente duros; una recta que parece no acabar nunca.

Duras pendientes al dejar atrás Resconorio. Tomada de
Recorridos ciclistas Cantabria
Salimos a la carretera que va a San Pedro, pero iremos en sentido contrario (a la derecha) dirección La Paloma. En seguida coronamos La Matanela, pero seguimos subiendo durante un kilómetro más. El bosque nos acompañará durante una bajada muy suave y relajada hasta divisar un cruce a mano izquierda. Lo normal sería seguir la carretera hasta La Paloma y Las Cabañas, para volver a casa por Soncillo. No obstante, para atajar y darle más emoción a la ruta tomaremos este cruce que nos llevará a lo largo del parque eólico de Valdeporres. Una corta subida da paso a unos 3,5 kilómetros de peligroso descenso, pues la bici coge bastante velocidad y algunas curvas tienen grava. Precisamente este fue el lugar de mi última caída, hace un par de años. 
Parque eólico de la Merindad de Valdeporres.
Tomada de Panoramio

Hay que estar muy atentos al cruce a la derecha que nos llevará hasta Ahedo, pues es muy fácil saltárselo. Seguimos bajando, pero ahora por un camino de grava y tierra. Mejor la mountain bike, aunque yo hice este tramo de un kilómetro con la de carretera (sin ir montado). Este camino nos deja en Ahedo de Las Pueblas, donde tomamos algo de agua para terminar bien la ruta. Solo nos queda una buena bajada hasta el merendero de Cidad (precedido de un corto repecho); poco más de un kilómetro de falso llano y bajar los últimos dos desde Cidad.


domingo, 26 de octubre de 2014

Las Cabañas por Ahedo (28 km)

Después de varias etapas duras, vamos con una RUTILLA de corta distancia: solo 28 kilómetros sin puertos de montaña, pero sí con una interesante subida entre Ahedo y Las Cabañas. Iniciamos saliendo de Santelices y tomando el cruce hacia Cidad por una carretera que sube poco a poco, excepto en la parte final, donde la subida se hace algo más pronunciada. Para cuando queramos darnos cuenta, dejamos Cidad atrás y aprovechamos un pequeño descenso hasta el merendero que veremos a la derecha. Pronto tomamos el cruce que va hacia Ahedo y Robredo encontrándonos con una bajada de 100 metros y una curva algo cerrada.
Elaboración propia

A partir de aquí superamos un fuerte repecho de 400 metros, tomamos un pequeño impulso en otra leve bajada y afrontamos una subida constante de 1,6 kilómetros hasta Ahedo. La última parte del bosque se hace especialmente dura. Entramos en Ahedo de Las Pueblas en bajada y superando un paso canadiense a la entrada. Al salir del pueblo llegamos a un alto y tras un pequeño descenso comenzamos la subida más dura del día, de unos 2,5 kilómetros, aunque la parte final suaviza bastante.

Transitamos por una carretera de asfalto no muy bueno, pero sin la presencia de un solo coche; solo veremos ganado suelto que pueda atravesar la calzada. Algunos tramos de la subida tienen rampas de alrededor de un 10%, así que mejor tomárselo con calma. Según suaviza la pendiente va empeorando el estado del asfalto hasta convertirse en una pista de grava, de modo que se hace necesario ir con la bici de montaña. Es poco tramo, pero lo suficiente como para tener que cogerla, ya que una vez en el alto, a 936 metros de altitud, una parte de la bajada también se encuentra en malas condiciones

Bajada hacia Las Cabañas (actualmente con más gravilla)
  con el pantano del Ebro al fondo. Tomada de Panoramio
La-bajada de 2 kilómetros nos deja en Las Cabañas. A partir de aquí el cambio de carretera es abismal, pues entramos en una nacional (N-232). El camino es mucho menos entretenido que el visto hasta ahora, con largas rectas y mucho viento, normalmente en contra. La única dificultad hasta el cruce de Soncillo es un buen repecho algo antes de Quintanaentello. Posteriormente, en dicho cruce vamos dirección Santelices y subimos a Argomedo en el último repecho de la ruta. Terminamos en descenso, con una única curva a derechas que puede darnos algún problema tras la recta de Valderas. El resto, sin frenar hasta Santelices.

lunes, 20 de octubre de 2014

Ramales volviendo por Los Tornos (123 km)

ETAPA dura y de larga distancia: de hecho se trata de la segunda ruta más larga, con más de 120 kilómetros. Debemos superar varios puertos, entre ellos Los Tornos, el plato fuerte de la jornada. De entrada tenemos una subida suave a la Varga: unos 5 kilómetros al 3% de desnivel medio. Una corta bajada nos conduce al valle de Sotoscueva, por el que rodaremos unos kilómetros bastante llanos, aunque con repechos a la altura de Quisicedo, Quintanilla del Rebollar y Barcenillas. A partir de este pueblo superamos una larga recta en subida hasta llegar a Espinosa, donde giramos a la izquierda dirección Las Machorras. Poco antes de llegar a esta localidad tomamos un cruce a la derecha, lugar en el que comienza el ascenso al Portillo de La Sía, de 7 kilómetros.

De estos siete kilómetros, cuatro de ellos no bajan nunca del 6,5%. En mi opinión, se trata de un puerto más duro que Estacas o Lunada, aunque sea el más corto de los tres. Los dos primeros kilómetros se acercan casi a porcentajes medios del 7% y discurren por zona de sombra. En el tercer kilómetro, algo más suave, es  necesario parar en la fuente para llegar frescos arriba. A mitad de puerto contamos con un kilómetro de descanso, similar a un falso llano. El resto de subida es muy constante, siempre con rampas del 7-8%, incluso alguna que supera el 10%. El último kilómetro es muy probable que lo subamos envueltos en la niebla. Superamos dos curvas de herradura y ya casi coronamos el alto, junto a los molinos eólicos.


Collado del Asón. Tomado del blog AventuraAragón
Es el momento de descender hacia tierras cántabras durante casi 20 kilómetros. Una bajada rápida y con muchas curvas de herradura, algunas realmente cerradas. Sin embargo, contamos con una carretera de poco tráfico y en buen estado, al contrario que la de Lunada o Estacas. A los nueve kilómetros se acaba el chollo y durante un kilómetro volveremos a dar pedales para ascender el Collado del Asón, un pequeño repecho. De nuevo continuamos con la fuerte bajada, en la que encontraremos las curvas más cerradas de la etapa: 4 curvas de herradura, tres de ellas muy próximas entre sí. A partir del pueblo de Asón, la bajada es casi inexistente y volveremos a llanear durante tres kilómetros, muy buenos para reagruparnos tras las diferencias hechas en el descenso. 
Panorámica de Los Tornos
Llegados a Arredondo, podemos optar por entrar en el pueblo a por agua o seguir dirección Ramales, que se encuentra a unos 10 kilómetros. La carretera se hace muy llevadera en este tramo, pues es casi llana o desciende poco a poco. Dejamos atrás Riba y Valle para entrar por fin en Ramales de la Victoria, el punto más bajo de toda la etapa, a unos 80 metros sobre el nivel del mar. Nos encontramos en el ecuador del viaje, de modo que es el momento de parar a comer y descansar en algún bar. Mejor no pasarse con la comida porque nos queda la parte más dura del recorrido, la ascensión al Puerto de Los Tornos. Si la contamos desde el mismo pueblo de Ramales, son 19 kilómetros, pero es cierto que algunos de esos kilómetros no pueden considerarse como puerto por sus porcentajes.

Última curva del puerto desde el mirador. Al fondo se ve el alto
Tras salir de Ramales, pronto encaramos una corta pero dura subida con rampas de hasta el 6-7% por una zona arbolada y de mucha humedad. Son un par de kilómetros duros para coronar un alto conocido como El Tornillo. Ahora rodamos unos 7 kilómetros de falso llano (entre el 1 y el 3%), entrando por unos momentos en la provincia de Vizcaya a nuestro paso por Lanestosa. Una buena idea sería coger agua en esta localidad, cosa que en su día no hicimos. Entramos de nuevo en Cantabria y más o menos a la altura del cruce de Herada podemos decir que empieza la verdadera subida. 8 kilómetros que en ningún momento bajan del 6% de media, siendo los dos primeros los más duros, especialmente el segundo, que incluye dos curvas cerradas y un porcentaje medio cercano al 9%.
Ramales de la Victoria. Tomado de ObjetivoCantabria
Conforme vamos subiendo este infierno, la humedad va en aumento, haciendo más costosa la subida. Si a ello le añadimos el tráfico que, sin llegar a ser molesto, sí que es bastante más abundante que en otros puertos, estaremos más irritados sobre la bici. La niebla es otro factor importante, pues aumenta la sensación de frío después de estar empapados, y sobre todo, no tienes referencias para calcular lo que resta de subida. Nosotros que no lo conocíamos, sufrimos un auténtico calvario. Por fin, y tras dejar atrás la zona del bosque, llegamos al mirador en la última curva del puerto. De ahí al alto tenemos unos 250 metros.

Por fin podemos tomarnos un respiro en la suave bajada hacia la provincia de Burgos, por la que pronto llegaremos a Bercedo. Allí tomaremos la carretera que va hacia El Crucero, que soporta mucho tráfico diariamente. Desde aquí hasta Espinosa el camino vuelve a picar hacia arriba, aunque no de forma excesiva. En Espinosa podemos avituallarnos de nuevo y afrontar los últimos 20 kilómetros con las fuerzas que nos queden. Habrá que tener en cuenta los continuos repechos que nos amenazan, en especial la subida a La Varga, última dificultad de una etapa que terminaremos en descenso hasta Pedrosa de Valdeporres.