jueves, 11 de diciembre de 2014

Etapa reina: Lunada - Caracol - Braguía y Estacas (134 km)

Sin duda la ETAPA más difícil que he realizado en toda mi vida (aunque no en la que más he sufrido). Es una etapa reciente, pues la hicimos a últimos de este verano. Y es que conviene hacerla en esta época, ya que es cuando mejor forma tendremos después de haber entrenado durante julio y agosto. Ante una etapa tan larga lo mejor sería madrugar para evitar volver de noche en caso de que surja alguna pájara o algo por el estilo. No solo asusta su distancia, 134 kilómetros (la más larga de siempre), sino su temible perfil: consta de 4 puertos y dos subidas a La Varga (no considerada como puerto). El inicio desde Pedrosa es ideal para ir cogiendo ritmo con la suave subida hasta la Varga (4,2 kilómetros al 3,6% de media). Un tramo favorable por el valle de Sotoscueva es interrumpido por algún repecho antes de llegar a Barcenillas de Cerezos y Espinosa de los Monteros. Allí giramos a la izquierda por una carretera que irá ascendiendo poco a poco hasta Las Machorras.

Elaboración propia

La pendiente se hace algo más pronunciada al dejar atrás esta localidad. Pronto llegamos a una intersección, donde elegimos el camino de la derecha, dirección Lunada. Después de unos metros de bajada comienza la ascensión a Lunada (8,2 kilómetros al 5,8% de pendiente media). Es un puerto relativamente duro, no tanto por sus rampas, que son bastante constantes, sino por su longitud. Lunada se hace bastante largo, así que conviene subirlo de forma suave para desgastarse lo menos posible. Un aspecto a tener en cuenta es el mal estado del asfalto en algunos puntos: está muy rayado y áspero, sobre todo en los primeros kilómetros. 

El portillo de Lunada, con 1350 metros, es el techo de nuestra
ruta. Buen lugar para hacer el primer descanso
En el alto, a 1350 metros, podemos parar a comer   algo si es que no hace mucho frío y no abunda la niebla. Nos esperan ahora unos 14 kilómetros de bajada hacia Cantabria, un descenso bastante rápido en su parte inicial y sobre todo lleno de curvas. Destacar la imponente curva de herradura a los dos kilómetros de bajada con un impresionante barranco a nuestra derecha.
Curva de herradura de Lunada.
Cuidado con el barranco. Tomada de
Paperblog
Pero lo peor es, una vez más, el estado de la carretera, pues está muy bacheada y nuestras muñecas sufrirán de lo lindo, al igual que en Estacas de Trueba. Hay que estar atentos para no saltarnos el cruce a izquierdas hacia Selaya. Por lo tanto, no llegamos a entrar en San Roque. Terminado el descenso, enlazamos directamente con el siguiente puerto: El Caracol (5,1 kilómetros al 7% de media). Se trata del puerto más corto del día, pero también el de mayor pendiente media. Nos tocará sufrir rampas de hasta el 10% por una zona arbolada que aumentará la sensación de humedad. De los cuatro puertos es el que más me costó subir. La última parte transcurre sin una sola sombra, así que sufriremos bastante si el día está despejado. 

Bajando El Caracol con Selaya al fondo
La bajada de este puerto es de las más divertidas del día, por una carretera en muy buen estado, con poco tráfico y anchura suficiente para tomar las curvas bastante rápido. Es un descenso rápido y con varias curvas de herradura. El único pero es que cuenta con un odioso repecho de unos 700 metros que nos corta el ritmo. Una vez superado, nos restan algo más de dos kilómetros de fuerte bajada hasta Selaya. Hay una fuente que nos vendrá de lujo justo a la entrada del pueblo. Giraremos ahora a la izquierda, dejando al otro lado el centro de Selaya. 

Unos metros de terreno llano y comenzamos la tercera ascensión del día: La Braguía (8,2 kilómetros al 5,85% de media). Por longitud y pendiente es un puerto clavado a Lunada, pero mientras que este cuenta con una subida constante, La Braguía tiene un primer kilómetro casi llano y algunos muy duros que superan el 7% de media. Además La Braguía cuenta con varias curvas de herradura, por ninguna de Lunada. Si a esto le sumamos que transcurre por una zona mucho más boscosa y húmeda que Lunada, y a que esta ascensión nos era desconocida, la dureza del puerto cántabro es mayor. El único punto a favor es que el estado de la carretera es mejor que el de Lunada. Es un puerto que se hace bastante largo al no conocerlo y cuenta con dos miradores, lo que puede llegar a confundirlos con el alto. 

Puerto de La Braguía
Tras esta dura ascensión, emprendemos la bajada hacia Vega de Pas durante 6 kilómetros de bastante curveo. Este será nuestro segundo y más importante punto de avituallamiento, pues debemos prepararnos para el puerto más exigente del día: Estacas de Trueba (14,2 km al 5,6% de media). A excepción de los dos primeros kilómetros que no pasan del 3%, el resto del puerto tiene porcentajes entre el 5 y el 7%. Sin duda la dureza de este puerto radica en su longitud. La clave es hacerlo con paciencia y contar con la suerte que tuvimos nosotros (el cielo nublado y un tiempo bastante fresco). Fácilmente tardaremos unas dos horas en subir este coloso. En los últimos kilómetros del puerto hay una fuente, justo antes de la última curva de herradura. Es muy probable que arriba encontremos niebla, así que lo mejor es no permanecer en el alto durante mucho rato. 
Desde Estacas de Trueba gozamos de bellos paisajes.
A medida que vamos subiendo, divisamos todo lo que hemos
dejado atrás. Tomada de CDBlendios

Con casi 100 kilómetros en nuestras piernas, iniciamos la bajada de Estacas por el lado de Burgos, con mucha menos pendiente. Incluso tendremos que subir algún pequeño repecho en algún momento, pero por lo general la carretera es favorable hasta Espinosa. En esta localidad podemos hacer nuestra última parada si es necesario, para completar con fuerza los últimos 20 kilómetros de la etapa. Unos kilómetros algo quebrados por sus continuos repechos hasta Sotoscueva. Aquí nos espera la última trampa: la subida a La Varga (1,6 kilómetros al 4,7% de media). Desde el alto hasta Pedrosa solo nos queda relajarnos en la suave bajada para completar esta dura etapa.

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