Después de tanta montaña, por fin una
ETAPA casi llana, con el
puerto de Bocos como única dificultad del día. Comenzamos tomando el cruce de
Villarcayo por una buena carretera que nos llevará cómodamente hasta
Quintanabaldo. Superamos un
repecho y la carretera vuelve a llanear o a subir muy ligeramente hacia arriba. Tras una curva muy cerrada empieza un pequeño descenso hasta el cruce de Leva. Un repecho y volvemos a bajar otro tanto más. Poco antes de Puentedey sí que vuelve a empinarse algo el terreno, pero cuando queremos darnos cuenta ya estamos entrando al pueblo a toda velocidad. Dejamos
Puentedey atrás y disfrutamos de un tramo casi llano hasta
Brizuela. De aquí hasta
Escaño el terreno es favorable. Los kilómetros siguientes transcurren por una zona con
bastantes curvas y muros muy cerca de la carretera (mal sitio para tener un coche detrás). Sin embargo es un
terreno prácticamente llano, muy cómodo para rodar.
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Elaboración propia
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El paisaje se abre en
Tubilla, con una larga recta que nos conducirá hasta un duro pero
breve repecho. A partir de aquí cogemos velocidad y entramos en
Cigüenza para circular por una larguísima recta de casi dos kilómetros totalmente llana. En poco tiempo
entramos en Villarcayo para recorrerlo de una punta a otra y salir por la zona del centro médico y la estación de autobuses. Sin dificultad pasamos junto a
Villacomparada de Rueda y un par de curvas nos dejan en el pueblo de
Bocos, lugar en el que comienza la única ascensión de la jornada: el
Alto de Bocos . Es un
ascensión corta (algo más de
3 kilómetros) pero no la debemos subestimar, ya que tiene dos kilómetros duros entre el 7,3 y el 8,2% de pendiente media. Es un puerto que ha pasado la
Vuelta a España en varias ocasiones.
Solo con mirar al horizonte y ver una
recta de un kilómetro y medio que sube hacia arriba desmotiva bastante. Lo peor es que según vas avanzando vas notando cómo va subiendo la pendiente y parece que no acaba nunca ese maldito tramo. Superada la mitad de este puerto, llega una zona con más curvas donde se alcanzan
rampas máximas del 10%. Por suerte el último kilómetro tiene tramos prácticamente llanos y solo los metros finales vuelven a ser algo duros. La
bajada por la otra vertiente es corta pero
bastante rápida. Nos encontraremos con un pequeño repecho que superaremos con la inercia cogida en el descenso y pasaremos por
Gayangos. Una pequeña subida nos deja en
Baranda, lugar donde comienza una nueva larguísima recta de 3 kilómetros hasta
El Crucero. En este tramo suele soplar el
viento de cara, por lo que habrá que turnarse y tirar de rebufo.
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Lagunas de Gayangos. Tomada de GR1 |
En El Crucero vamos dirección Espinosa por un tramo algo aburrido en el que la carretera llanea bastante hasta
Loma, pero a continuación la subida, sin ser exigente, sí que se hace notar más hasta poco antes de Espinosa. En esta localidad deberíamos hacer una parada de avituallamiento, aunque sea para coger algo de agua, pues exceptuando Bocos, nos queda la parte más quebrada de la etapa con mucho sube y baja. Dejamos atrás
Espinosa y comenzamos el descenso hasta
Barcenillas, donde llaneamos unos metros para subir una corta rampa. De nuevo un provechoso descenso da paso a otra subida hasta
Quintanilla del Rebollar. El terreno vuelve a estabilizarse unos kilómetros hasta
Quisicedo, donde sufrimos una nueva rampa para llegar al centro del pueblo.
Dejamos por fin estos continuos desniveles y rodamos unos kilómetros cómodos en los que atravesaremos varios pueblos. En
Entrambosríos comienza el último repecho duro del día,
la subida a La Varga por su lado más corto, pero más duro. Es una subida de
un kilómetro y medio aproximadamente, con rampas máximas del 8%. En otras ocasiones, cuando llevamos 100 kilómetros en las piernas, puede atragantarse, pero no debería ocurrir en esta etapa. Una vez arriba nos espera un suave descenso de más de 4 kilómetros hasta
Pedrosa.
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