lunes, 20 de octubre de 2014

Ramales volviendo por Los Tornos (123 km)

ETAPA dura y de larga distancia: de hecho se trata de la segunda ruta más larga, con más de 120 kilómetros. Debemos superar varios puertos, entre ellos Los Tornos, el plato fuerte de la jornada. De entrada tenemos una subida suave a la Varga: unos 5 kilómetros al 3% de desnivel medio. Una corta bajada nos conduce al valle de Sotoscueva, por el que rodaremos unos kilómetros bastante llanos, aunque con repechos a la altura de Quisicedo, Quintanilla del Rebollar y Barcenillas. A partir de este pueblo superamos una larga recta en subida hasta llegar a Espinosa, donde giramos a la izquierda dirección Las Machorras. Poco antes de llegar a esta localidad tomamos un cruce a la derecha, lugar en el que comienza el ascenso al Portillo de La Sía, de 7 kilómetros.

De estos siete kilómetros, cuatro de ellos no bajan nunca del 6,5%. En mi opinión, se trata de un puerto más duro que Estacas o Lunada, aunque sea el más corto de los tres. Los dos primeros kilómetros se acercan casi a porcentajes medios del 7% y discurren por zona de sombra. En el tercer kilómetro, algo más suave, es  necesario parar en la fuente para llegar frescos arriba. A mitad de puerto contamos con un kilómetro de descanso, similar a un falso llano. El resto de subida es muy constante, siempre con rampas del 7-8%, incluso alguna que supera el 10%. El último kilómetro es muy probable que lo subamos envueltos en la niebla. Superamos dos curvas de herradura y ya casi coronamos el alto, junto a los molinos eólicos.


Collado del Asón. Tomado del blog AventuraAragón
Es el momento de descender hacia tierras cántabras durante casi 20 kilómetros. Una bajada rápida y con muchas curvas de herradura, algunas realmente cerradas. Sin embargo, contamos con una carretera de poco tráfico y en buen estado, al contrario que la de Lunada o Estacas. A los nueve kilómetros se acaba el chollo y durante un kilómetro volveremos a dar pedales para ascender el Collado del Asón, un pequeño repecho. De nuevo continuamos con la fuerte bajada, en la que encontraremos las curvas más cerradas de la etapa: 4 curvas de herradura, tres de ellas muy próximas entre sí. A partir del pueblo de Asón, la bajada es casi inexistente y volveremos a llanear durante tres kilómetros, muy buenos para reagruparnos tras las diferencias hechas en el descenso. 
Panorámica de Los Tornos
Llegados a Arredondo, podemos optar por entrar en el pueblo a por agua o seguir dirección Ramales, que se encuentra a unos 10 kilómetros. La carretera se hace muy llevadera en este tramo, pues es casi llana o desciende poco a poco. Dejamos atrás Riba y Valle para entrar por fin en Ramales de la Victoria, el punto más bajo de toda la etapa, a unos 80 metros sobre el nivel del mar. Nos encontramos en el ecuador del viaje, de modo que es el momento de parar a comer y descansar en algún bar. Mejor no pasarse con la comida porque nos queda la parte más dura del recorrido, la ascensión al Puerto de Los Tornos. Si la contamos desde el mismo pueblo de Ramales, son 19 kilómetros, pero es cierto que algunos de esos kilómetros no pueden considerarse como puerto por sus porcentajes.

Última curva del puerto desde el mirador. Al fondo se ve el alto
Tras salir de Ramales, pronto encaramos una corta pero dura subida con rampas de hasta el 6-7% por una zona arbolada y de mucha humedad. Son un par de kilómetros duros para coronar un alto conocido como El Tornillo. Ahora rodamos unos 7 kilómetros de falso llano (entre el 1 y el 3%), entrando por unos momentos en la provincia de Vizcaya a nuestro paso por Lanestosa. Una buena idea sería coger agua en esta localidad, cosa que en su día no hicimos. Entramos de nuevo en Cantabria y más o menos a la altura del cruce de Herada podemos decir que empieza la verdadera subida. 8 kilómetros que en ningún momento bajan del 6% de media, siendo los dos primeros los más duros, especialmente el segundo, que incluye dos curvas cerradas y un porcentaje medio cercano al 9%.
Ramales de la Victoria. Tomado de ObjetivoCantabria
Conforme vamos subiendo este infierno, la humedad va en aumento, haciendo más costosa la subida. Si a ello le añadimos el tráfico que, sin llegar a ser molesto, sí que es bastante más abundante que en otros puertos, estaremos más irritados sobre la bici. La niebla es otro factor importante, pues aumenta la sensación de frío después de estar empapados, y sobre todo, no tienes referencias para calcular lo que resta de subida. Nosotros que no lo conocíamos, sufrimos un auténtico calvario. Por fin, y tras dejar atrás la zona del bosque, llegamos al mirador en la última curva del puerto. De ahí al alto tenemos unos 250 metros.

Por fin podemos tomarnos un respiro en la suave bajada hacia la provincia de Burgos, por la que pronto llegaremos a Bercedo. Allí tomaremos la carretera que va hacia El Crucero, que soporta mucho tráfico diariamente. Desde aquí hasta Espinosa el camino vuelve a picar hacia arriba, aunque no de forma excesiva. En Espinosa podemos avituallarnos de nuevo y afrontar los últimos 20 kilómetros con las fuerzas que nos queden. Habrá que tener en cuenta los continuos repechos que nos amenazan, en especial la subida a La Varga, última dificultad de una etapa que terminaremos en descenso hasta Pedrosa de Valdeporres.

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